DOLOR DE ESPALDA


Es una molestia muy frecuente, que aparece como una sensación lenta y continua. En algunos casos puede causar rigidez y dificultad al estar quieto o en movimiento. Las malas posturas y el estrés son algunos de sus factores desencadenantes. Ponga en práctica algunos tratamientos naturales.
El dolor de espalda es una sensación desagradable y, en la mayoría de los casos, se relaciona con la tensión o torcedura de un músculo o ligamento. Los dolores que afectan a los nervios de la espina dorsal -que producen dolor en las nalgas y piernas, pasando por las rodillas- son menos frecuentes.



CLASIFICAN EN:

Agudo: cuando se presenta de manera brusca. Suele ser resultado de un tirón o un esfuerzo momentáneo demasiado fuerte, lo cual produce una lesión en los músculos de la espalda. Un ataque agudo dura menos de seis semanas.

Crónico: es el dolor que aparece de manera recurrente, y sus causas son múltiples.
Quienes padecen dolor de espalda con frecuencia lo describen como una sensación lenta y continua o aguda, además de punzante, que causa rigidez y dificultad al estar quieto o al moverse. Los ataques crónicos generalmente duran más de tres meses.

LOS FACTORES QUE PROVOCAN LOS DOLORES DE ESPALDA SON:

Las malas posturas de la vida diaria.
Los movimientos bruscos.
Mal tono (fuerza) muscular de los músculos de la espalda, el abdomen y las piernas.
El sedentarismo es perjudicial para la espalda, no sólo porque origina malas posturas, sino porque el cuerpo pierde forma; por ello, es fundamental ejercitar la musculatura de la espalda.
El sobrepeso. La columna soporta el peso, al estar de pie; en consecuencia, es importante no someterla a sobreesfuerzos para evitar lesiones. Consejo: controlar el peso.
Mal dormir.
El tabaquismo. Las personas fumadoras son más propensas a sufrir dolores de espalda, porque la nicotina disminuye el flujo de sangre hacia las vértebras.
Traumatismos.
Ciertos deportes (esquí, automovilismo). Asimismo otras causas se relacionan con enfermedades como artrosis de columna, osteoporosis, espondilitis, hernia de disco o infecciones (como problemas renales).

ALGUNAS RECOMENDACIONES SON:

Balanceo de pelvis: en posición boca arriba, flexionar las piernas y colocar los brazos a ambos lados del tronco; aplastar la espalda lo más que se pueda contra el suelo. Relajar.

Rodillas al pecho: en la misma postura anterior, llevar ambas piernas flexionadas al pecho; sostener y volver a la posición inicial.
Apoyar las manos y rodillas en el suelo, encorvar el tronco hacia arriba; lentamente, sentarse sobre los talones y, relajado, mantener la postura.
En la misma posición anterior, colocar la cabeza paralela al suelo, arquear el tronco despacio y seguir con un movimiento inverso (hacia abajo), manteniendo los brazos rectos.

Abdominales simples: ubicado boca arriba, flexionar las piernas y cruzar los brazos sobre el pecho; levantar la cabeza y los hombros, sin despegar la espalda del suelo; sostener contando hasta cinco. Relajar.

Flexión de caderas: ubicado boca abajo, apoyar la barbilla sobre las manos; estirar y levantar despacio una pierna con la pelvis apoyada sobre el suelo. Repetir varias veces alternando las piernas.
Sentarse en el suelo con las piernas separadas y colocar las manos sobre las rodillas. Llevar las manos hacia los tobillos, hasta tocar los dedos de los pies.
Rotación del tronco inferior: acostado de espaldas con las rodillas dobladas y la planta de los pies sobre el piso, tensionar los músculos abdominales y empujar la parte baja de la espalda hacia el piso. Manteniendo los hombros planos sobre el piso, girar las piernas suavemente, hacia un lado y después hacia el otro. Repetir de 10 a 20 veces.

Estiramiento piriforme: acostado de espaldas, con ambas rodillas flexionadas, apoyar un tobillo sobre la rodilla de la pierna opuesta. Tomar el muslo de la pierna que esté abajo, y tirar hasta acercar la rodilla al pecho. Mantener esta posición durante 20 segundos. Repetir tres veces y cambiar de pierna.
Acostado boca arriba en un piso firme, relajar los hombros, la espalda y el cuello; levantar una pierna en posición completamente recta (sin mover o despegar la espalda del suelo) hasta que la posición resulte cómoda. Cuando se logre el máximo estiramiento posible, permanecer cinco segundos y luego bajar la pierna lentamente hasta su posición original. Repetir el mismo procedimiento con la otra pierna.
Sentado en una silla, en posición recta, levantar una pierna hasta una altura que resulte cómoda; sostener cinco segundos, bajar lentamente la pierna y repetir con la otra.
Arrodillado en el suelo, con los glúteos sobre los talones, espirar al llevar los brazos hacia delante, manteniendo la cadera en la posición inicial, e inspirar al volver lentamente a la posición previa. Repetir estirando los brazos hacia la derecha y la izquierda.
Sentado, estirar el cuello hacia uno de los lados. Con la mano de lado hacia el cual se está flexionando el cuello, tomar la muñeca del brazo del lado opuesto, y tirarlo hacia abajo de manera que se tensionen los músculos del trapecio y del hombro. Mantener durante 30 segundos y cambiar de lado.
Con los brazos apoyados sobre una silla y el tronco ligeramente flexionado hacia delante, lanzar hacia atrás una de las piernas ligeramente flexionada, evitando arquear la zona lumbar. Repetir 15 veces y luego cambiar de pierna.

CUIDADOS:

Acostarse sobre un lado, con una almohada entre las piernas, para evitar que las caderas tengan un movimiento rotatorio y aumente la presión en la espalda, o acostarse boca arriba con una toalla enrollada bajo la nuca y almohadas bajo las rodillas.
Por la mañana, levantarse de la cama lentamente y con cuidado: primero sentándose y luego poniéndose de pie.
Doblar la cintura y flexionar las rodillas para levantar o recoger un objeto del piso.
Sentarse con la espalda recta.
Procurar tener el escritorio a una altura adecuada, usar una silla ergonómica y ubicar el monitor a la altura de los ojos, a unos 20 centímetros de distancia.
En el caso de las mujeres, evitar el uso de zapatos de taco alto.
Caminar con buena postura y erguido.
Controlar el peso corporal.
Evitar acostarse boca abajo.

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