La epilepsia está provocada por anormalidades en la
actividad eléctrica del cerebro. Este órgano es incapaz de frenar o inhibir los
impulsos eléctricos entre neuronas. Cuando tiene lugar una descarga excesiva se
produce una crisis o ataque epiléptico.
CAUSAS: La localización del trastorno varía según el tipo de
epilepsia, que puede ser focal o generalizada. Las causas de esta dolencia son
de los más variadas: puede ser el resultado de anomalías congénitas, enfermedades
vasculares como el infarto cerebral, infecciones, tumores, enfermedades
degenerativas o lesiones. En muchas ocasiones no se descubre una causa concreta
y se denominan epilepsias idiopáticas y otras veces son sólo el fruto de una
incorrecta maduración cerebral y desaparecen al concluir el desarrollo del
cerebro (en la edad adulta).
Los síntomas más comunes son:
Gemido repentino
Caída al suelo
Rigidez
Respiración poco profunda
Espasmos musculares
Perdida del conocimiento
Por favor ten en cuenta las acciones peligrosas que algunas
personas ejecutan debido a que no tienen el suficiente conocimiento. Ten
presente lo que debes hacer:
Amortigua la cabeza
Afloja la ropa apretada en el cuello
Voltea a la persona de costado
Busca una identificación o alerta médica
NO coloques nada en la boca de la persona.
NO trates de sujetar a la persona
NO trates de administrar medicamentos anticonvulsivos orales
NO mantengas a la persona de espaldas durante toda la convulsión
LAS CRISIS: En la mayor parte de las ocasiones, las crisis
aparecen de forma súbita e inesperada. Son breves, duran unos segundos o como
mucho unos minutos. Las más llamativas incluyen convulsiones y pérdida de
conocimiento, pero hay muchas crisis que se reducen a una desconexión
momentánea con el entorno (las denominadas ausencias) o a leves movimientos
rítmicos sin pérdida de la consciencia.
Los ataques son consecuencia de una disfunción de la
actividad eléctrica cerebral. Comienzan cuando un grupo de neuronas produce
impulsos eléctricos (descargas) de manera anormal, que se propagan por el resto
del cerebro alcanzando las neuronas que movilizan los músculos. Éstas empiezan
a descargar también de manera anormal y es entonces cuando se producen los
movimientos incontrolados tan típicos de los ataques epilépticos.
Además de las causas enumeradas anteriormente, cualquier
persona susceptible puede sufrir un ataque de manera aislada por una
intoxicación por drogas o una bajada brusca de la glucosa, pero si se repiten
con cierta frecuencia se considera epilepsia.
Existen dos tipos fundamentales de crisis epilépticas: las
generalizadas, que afectan a toda la superficie del cerebro, y las crisis
parciales o focales, donde la descarga comienza en una zona concreta que, en
ocasiones, se propaga por el resto de la corteza.
DIAGNÓSTICO
Para realizar el diagnóstico, primero el médico interroga al
paciente que supuestamente ha podido sufrir una crisis acerca de factores de
riesgo como son antecedentes familiares, enfermedades que ha padecido, hábitos
tóxicos como consumo de drogas alcohol u otros medicamentos, historia de
sufrimiento fetal o tras el parto, antecedentes de traumatismos sobre la cabeza
etc.
Posteriormente se indaga sobre cómo ocurrió el ataque y qué
comportamiento presentó la persona durante el ataque (si tuvo convulsiones, si
se orino, si se mordió la lengua...). Para ello es de gran ayuda el testimonio
de los testigos que hayan podido presenciar la crisis.
La segunda parte del diagnóstico tiene que ver con las
pruebas. Es obligado en la mayoría de los casos en los que se sospecha que ha
podido producirse una crisis, hacer un escáner cerebral o una resonancia
magnética (según los casos) para descartar cualquier lesión intracerebral que
haya podido causar el ataque. También se debe practicar una analítica para
descartar enfermedades metabólicas causantes y un electroencefalograma (EEG)
que mide la actividad eléctrica cerebral para identificar las descargas
eléctricas anormales que precipitaron la crisis .
A QUIÉN AFECTA
Aunque las tres cuartas partes de la epilepsia comienzan
antes de los 18 años, esta enfermedad afecta a personas de cualquier edad,
raza, sexo y clase social. Hay 50 millones de afectados en todo el mundo y en
España se calcula que padecen la enfermedad cerca de 400.000 personas y que cada
año aparecen 20.000 nuevos casos.
Muchas personas confunden los síntomas de un ataque parcial
con ebriedad o abuso de drogas. Es
importante, entonces, que si conocemos a alguien con este tipo de crisis le
animemos a que use un brazalete de identificación o alerta médica., pues en
caso de padecer una crisis estando solo, quien le asista podrá notar que tiene
epilepsia, y seguramente le ofrecerá la ayuda apropiada.
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