A la hora de las recetas
caseras para poder dormir, mucho se dice y poco se confirma. Del clásico té de
lechuga al vasito de leche con miel, hay demasiados mitos (y algunas verdades)
sobre este tema. A continuación, el listado de 5 alimentos que ayudan a conciliar
el sueño y 5 que producen el efecto contrario.
Lo que SÍ debés
consumir antes de acostarte
Cerezas. Son uno de los pocos alimentos
naturales que contienen melatonina, una sustancia ideal para promover el buen
descanso. Según un estudio, el jugo de cereza ácida produjo mejoras en la
calidad y duración del sueño de quienes lo tomaron.
Leche. Lo decían las abuelas: “el mejor
remedio antes de irse a la cama es un vaso de leche con miel”. Y algo de razón
tenían, más allá de la mala fama que han ganado los lácteos en estos últimos
años. Es que la leche contiene aminoácido triptófano, un precursor de la
serotonina química del cerebro, que ayudaría a descansar de manera
óptima.
Cereales. Si bien, en general, los carbohidratos
son buenos para dormir, no todos tienen igual efecto. No es lo mismo comer un
paquete de galletitas que consumir una porción de "corn flakes" que
contienen “buenos hidratos de carbono”. Otras opciones válidas también pueden
ser la quinoa, la cebada y el trigo sarraceno. Si se los combina con leche,
mejor.
Banana. Ayuda a estimular el sueño ya que
contiene magnesio y potasio, excelentes relajantes naturales. Además, y como si
esto fuera poco, tiene carbohidratos, que también colaboran con un buen
descanso.
Batata. Fomenta el relax ya que no sólo
contiene hidratos de carbono, sino que es una gran fuente de potasio. Otros
alimentos que incluyen esta combinación son las habas, la papaya e, incluso,
las papas (cocidas al horno y con piel).
Lo que NO debés
consumir antes de acostarte
Vino. Consumir cualquier tipo de bebida
alcohólica antes de acostarnos es totalmente nocivo para nuestro buen descanso.
¿Por qué? A pesar de que el mito afirma que una “copita” es buena para dormir,
el alcohol se metaboliza muy rápidamente en nuestro organismo y hace que nos
despertemos varias veces durante la noche. Y no sólo esto: un estudio comprobó
que afecta la calidad y cantidad del sueño y aumenta el nivel de los ronquidos.
Pollo. Éste -o cualquier otro tipo de
proteína- es muy contraproducente si se consume en la cena. El motivo es que
retrasa mucho la digestión y la lentifica, por lo tanto, el cuerpo en vez de
ocuparse en el dormir se concentra en ese proceso y afecta el descanso.
Chocolate amargo. El chocolate negro contiene un alto
nivel de cafeína, sustancia que afecta el sueño notablemente. Además, entre sus
componentes encontramos a la teobromina, un estimulante que incrementa la
frecuencia cardíaca y también produce insomnio.
Hamburguesa. Especialmente si es completa, tiene
queso o panceta: su alto contenido de grasa es el perfecto asesino del sueño.
¿Por qué nos afecta el descanso? La grasa estimula la producción de ácido en el
estómago y eso puede, además, generarnos acidez.
Café. Muy sencillo: la cafeína es un
estimulante del sistema nervioso central por lo que, obviamente, afectará el
sueño. Si bien hay personas más tolerantes que otras a esta sustancia, lo ideal
es no consumirla por la noche, antes de irnos a la cama.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario