Las células de las mamas son las más propensas de todo el
cuerpo femenino a degenerar y volverse cancerosas, de ahí la importancia de
conocer los factores que incrementan el riesgo de cáncer de mama y los que lo
reducen.
Factores que incrementan el riesgo:
Mutaciones genéticas: se estima que el 5% de todos los
cánceres de mama están relacionado con una alteración hereditaria en estos dos
genes, encargado de frenar el crecimiento celular: el BRCA1 (localizado en el
cromosoma 17) y el BRCA2 (localizado en el cromosoma 13).
Hormonas: la terapia hormonal sustitutoria administrada
generalmente en forma de parches después de la menopausia (especialmente la
combinación de estrógenos y progesterona), aumenta el riesgo de padecer cáncer
de mama. La toma de anticonceptivos orales (pildora) durante largos periodos,
también aumenta el riesgo aunque menos que las hormonas para la menopausia.
Consumo del alcohol: incluso en dosis bajas tolerada
socialmente el alcohol aumenta el riesgo de cáncer. Se ha comprobado que por
cada 10 g de alcohol (media copa de vino) debidos al día, el riesgo de cáncer de
mama aumenta un 7% la mujeres que beben de 35 a 44 g de alcohol por día (dosis
considerada como moderada) tienen un 32% más de riesgo de padecer cáncer de
mama que las abstemias.
Obesidad: a mayor índice de masa corporal (IMS), mayor
riesgo de padecer cáncer de mama, especialmente después de la menopausia. Se ha
estimado que las mujeres que pesan más de 82,2 kg tienen casi el triple de
posibilidades de desarrollar cáncer de mama que las que pesan menos de 58,7 kg.
Tamaño del pecho: las mujeres que tienen las mamas más
grandes deben dedicar mayor atención a la prevención del cáncer de mama, pues
tienen un riesgo mayor de padecerlo antes de la menopausia.
Exposición a radiaciones y iónizantes como la radioterapia
utilizada para el tratamiento del acné, de la hipertrofia del timo o del
linfoma de Hodgkin. Cuando la exposición a la radiación ocurre antes de los 20
años el riesgo mayor, sin embargo hay estudios que demuestran que la
radioterapia empleada para el tratamiento del cáncer de mama no aumenta el
riesgo de malignización en la mama sana. Conviene también evitar las
radiaciones electromagnéticas (no ionizantes), como las que emiten las mantas
eléctricas para calentar la cama cuando están conectadas a la corriente, según
un estudio realizado en la Universidad de Pennsylvania (estados unidos) éstos
dispositivos pueden favorecer el cáncer de mama en mujeres premenopáusicas.
Factores que reducen el riesgo:
Ejercicio físico: practicar al menos cuatro horas de
ejercicio aeróbico a la semana produce en un 30% el riesgo de padecer cáncer de
mama, menor tiempo de exposición a los estrógenos naturales, a lo largo de su
vida la mujer seria expuesta a los estrógenos producidos en grupo varios,
cuanto menos tiempo estén sometidas a la acción de los estrógenos las células
de las mamas menor será riesgo de que desarrolle un cáncer.
Los siguientes eventos vitales reducen el tiempo de
exposición a los estrógenos naturales:
el embarazo: durante la gestación disminuye la producción de
estrógenos en los ovarios, cuanto más embarazo menos riesgo, además se ha
comprobado que tener la primera gestación al término (completa) antes de los 20
años, reduce las posibilidades de padecer cáncer de mama antes de la
menopausia.
La lactancia materna.
La menarquía (primera regla) tardía y la menopausia precoz.
Alimentación baja en grasa y en carne:
A pesar de que algunas investigaciones dieron resultados
dudosos actualmente se halla bien demostrada la relación entre cierto tipo de
dieta, como la rica en grasa y carne, con el cáncer de mama.
Examinar las mamas periódicamente:
Diversas organizaciones médicas proponen diferentes pautas
de exámenes para la detección sistemática o “screening” del cáncer de mama:
Unión europea: no se considera necesario un auto examen
rutinario cada mes, cuando sea necesario hacerse un examen clínico de la mama (por
un médico), una mamografía cada dos años para mujeres entre los 50 y los 69
años de edad
National cáncer Institute (Estados Unidos) a partir de los
20 años de edad realizarse un autoexamen de mama cada mes, realizarse un examen
clínico de la mama cada tres años para mujeres entre los 20:40 años, y cada año
a partir de los 40 años, realizar una mamografía cada uno o dos años para
mujeres entre los 40 y 50 años, y cada año a partir de los 50 años.
National Health service (Gran Bretaña): no se considera
necesario un autoexamen de mamar rutinario cada mes, realizarse un examen
clínico de la mama cada tres años a partir de los 50 años, realizar una
mamografía cada tres años a partir de los 50 años.
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