Consumir habitualmente aloe en forma de jugo es ideal para reducir los niveles de colesterol, debido a que contiene ingredientes que lo emulsionan y facilitan su eliminación del organismo.
El aloe permite al páncreas recuperar su correcto funcionamiento y favorece la adecuada producción de insulina. Para ello, las personas diabéticas pueden consumir su pulpa en ayunas.
El aloe actúa como purificador de la sangre y es altamente recomendado para personas que padecen arteriosclerosis o hipertensión. Dado que favorece la oxigenación de los tejidos, regula la tensión sanguínea. Ingerir un trozo de pulpa de aloe diariamente.
Es un excelente inhibidor del dolor y un buen antiinflamatorio, aconsejado para casos de reuma o artritis. Comer un trozo de pulpa diariamente para reducir el dolor en las articulaciones.
Para el tratamiento de las úlceras, comer un trozo de pulpa por la mañana y en ayunas, y repetir por las noches hasta que los síntomas desaparezcan.
El aloe actúa como regenerador de la masa ósea, y ayuda a absorber mayor cantidad de calcio, a la vez que aporta vitaminas. El tratamiento consiste en ingerir un trozo de pulpa en ayunas.
Si duele la cabeza, el consejo es colocar un trozo de hoja de aloe vera, sin piel, sobre la frente, frotar suavemente y dejar actuar durante unos minutos.
Al aplicar aloe sobre quemaduras y escoceduras, el dolor disminuye considerablemente; incluso contribuye a evitar infecciones y posteriores cicatrices. También es un remedio muy eficaz para aplicar sobre la piel antes de exponerse al sol, dado que es una efectiva protección contra los rayos ultravioletas. Además, es útil en caso de cortes y heridas; para ello, colocar un trozo de pulpa sobre la zona afectada (limpia), y fijar con una venda.
El pie de atleta se caracteriza por la aparición de hongos, y el tratamiento consiste en aplicar una gasa empapada con jugo de aloe alrededor de los dedos, y dejar actuar durante toda la noche.
Para el tratamiento de psoriasis se aconseja ingerir diariamente, en ayunas, dos trozos de pulpa de aloe; también puede aplicarse sobre la zona afectada, varias veces al día.
Para descansar los pies, colocarlos en un recipiente con agua caliente y verter trozos de aloe. También se pueden efectuar masajes con su jugo.
En caso de aftas y herpes, mezclar, a partes iguales, agua y jugo de aloe; efectuar enjuagues tres veces al día.
Quienes padecen caspa pueden aplicar el jugo de la planta sobre el cuero cabelludo, dos veces al día, por la mañana y la noche. Este remedio también es eficaz para prevenir la caída del cabello.
Aloe Vera: Sus mil y una aplicaciones y usos terapéuticos:
La planta “curalotodo” se remonta a los orígenes de la humanidad. Ya en el siglo I de nuestra era, Dioscórides lo describió intensamente en su herbario griego, por sus virtudes medicinales y cosméticas.
Existen documentos históricos de los romanos, griegos, hindúes y árabes que comentan sus virtudes medicinales y cosméticas. Actualmente, sus propiedades han sido comprobadas clínicamente y los científicos se interesan, cada vez más, por sus aplicaciones médicas.
Acidez de estómago:
El aloe normaliza el pH, reduce la acidez de estómago y favorece el equilibrio de las bacterias gastrointestinales. Además, la aloemodina actúa sobre la mucosa intestinal, regulando su correcto funcionamiento.
Antienvejecimiento:
Al aloe se le atribuyen propiedades rejuvenecedoras, ya que tiene una gran capacidad de aumentar la producción de células fibroblásticas, que se encuentra en la dermis y son las responsables de la formación de colágeno, además de aportarle proteínas, que mantienen la piel tersa y flexible. Al acelerarse la producción de colágeno se atenúa las arrugas existentes y se reduce la aparición de otras nuevas.
Artritis y reumatismo:
La artritis es una inflamación que afecta a las articulaciones, provocando rigidez y dolor intenso. En algunas ocasiones aumenta el líquido sinovial, que lubrica las articulaciones, lo cual provoca hinchazón e impide la libertad de movimientos. El reumatismo es un trastorno inflamatorio que afecta los tejidos blandos, ligamentos, tendones y músculos que rodean las articulaciones. La capacidad enzimática del aloe vera favorece la completa digestión de los nutrientes, evitando la formación de sustancias no digeridas, responsables de la reacción antígeno-anticuerpo, muy común en la mayor parte de los procesos reumáticos y artríticos. Además, el ácido acetilsalicílico que se encuentra en esta planta contribuye, en gran medida, a reducir el dolor y la inflamación que provocan los procesos reumatoides o artríticos.
Asma:
El asma es un problema respiratorio que suele ir acompañado de bronquitis. Durante una crisis asmática el enfermo siente una gran dificultad para respirar y suele sentirse sofocado, con el pecho oprimido y cargado, y tose a fin de liberarse de esa mucosidad. El aloe tiene un efecto broncodilatador y ayuda a aliviar con rapidez estos síntomas. Pero también es inmunomodulante y antiinflamatorio, por lo que reduce los síntomas del asma alérgico.
Caída del cabello:
El estrés, una mala dieta, los trastornos hormonales o el mal uso de los cosméticos capilares hacen que vayan aumentando de forma importante entre la población los problemas relacionados con la caída del cabello, y cada vez más personas acuden a las consultas de los dermatólogos. El aloe es una solución muy efectiva, ya que tiene una composición similar a la queratina, y la composición de sus complejos de aminoácidos es idéntica a la del folículo del cabello. Además ejerce una acción bactericida y fungicida que elimina la seborrea, mientras que su acción enzimática arrastra las células muertas del cuero cabelludo.
Cicatrización de heridas:
El aloe permite una cicatrización más rápida (hasta un 50%) sin que se formen queloides, ya que reconstruye los tejidos, sin impedir, mientras tanto, que el oxígeno llegue a la herida.
Coagulante:
Su contenido en calcio, potasio y celulosa hace que el aloe produzca una red de fibras en las lesiones, que aseguran las plaquetas de la sangre, ayudando a que coagulen y cicatricen.
Colesterol:
Consumido habitualmente en forma de jugo, esta planta medicinal puede reducir los niveles de colesterol, gracias a que contiene ingredientes que lo mulsionan y facilitan su eliminación del organismo. Según algunos estudios, una dosis diaria de jugo de aloe puede disminuir el nivel de colesterol en la sangre entre 12 y 14 puntos.
Dientes:
El aloe tiene una acción bactericida sobre la placa dental, reduce su proliferación y permite una limpieza profunda de los dientes.
Digestión:
Esta planta es muy rica en las enzimas de la digestión, y rehidrata y regenera el aparato digestivo, neutraliza el pH (como agente alcalinizador) y estimula la flora bacteriana, mejora la absorción de las sustancias nutritivas y la destrucción de los residuos. Elimina asimismo las
El aloe permite al páncreas recuperar su correcto funcionamiento y favorece la adecuada producción de insulina. Para ello, las personas diabéticas pueden consumir su pulpa en ayunas.
El aloe actúa como purificador de la sangre y es altamente recomendado para personas que padecen arteriosclerosis o hipertensión. Dado que favorece la oxigenación de los tejidos, regula la tensión sanguínea. Ingerir un trozo de pulpa de aloe diariamente.
Es un excelente inhibidor del dolor y un buen antiinflamatorio, aconsejado para casos de reuma o artritis. Comer un trozo de pulpa diariamente para reducir el dolor en las articulaciones.
Para el tratamiento de las úlceras, comer un trozo de pulpa por la mañana y en ayunas, y repetir por las noches hasta que los síntomas desaparezcan.
El aloe actúa como regenerador de la masa ósea, y ayuda a absorber mayor cantidad de calcio, a la vez que aporta vitaminas. El tratamiento consiste en ingerir un trozo de pulpa en ayunas.
Si duele la cabeza, el consejo es colocar un trozo de hoja de aloe vera, sin piel, sobre la frente, frotar suavemente y dejar actuar durante unos minutos.
Al aplicar aloe sobre quemaduras y escoceduras, el dolor disminuye considerablemente; incluso contribuye a evitar infecciones y posteriores cicatrices. También es un remedio muy eficaz para aplicar sobre la piel antes de exponerse al sol, dado que es una efectiva protección contra los rayos ultravioletas. Además, es útil en caso de cortes y heridas; para ello, colocar un trozo de pulpa sobre la zona afectada (limpia), y fijar con una venda.
El pie de atleta se caracteriza por la aparición de hongos, y el tratamiento consiste en aplicar una gasa empapada con jugo de aloe alrededor de los dedos, y dejar actuar durante toda la noche.
Para el tratamiento de psoriasis se aconseja ingerir diariamente, en ayunas, dos trozos de pulpa de aloe; también puede aplicarse sobre la zona afectada, varias veces al día.
Para descansar los pies, colocarlos en un recipiente con agua caliente y verter trozos de aloe. También se pueden efectuar masajes con su jugo.
En caso de aftas y herpes, mezclar, a partes iguales, agua y jugo de aloe; efectuar enjuagues tres veces al día.
Quienes padecen caspa pueden aplicar el jugo de la planta sobre el cuero cabelludo, dos veces al día, por la mañana y la noche. Este remedio también es eficaz para prevenir la caída del cabello.
Aloe Vera: Sus mil y una aplicaciones y usos terapéuticos:
La planta “curalotodo” se remonta a los orígenes de la humanidad. Ya en el siglo I de nuestra era, Dioscórides lo describió intensamente en su herbario griego, por sus virtudes medicinales y cosméticas.
Existen documentos históricos de los romanos, griegos, hindúes y árabes que comentan sus virtudes medicinales y cosméticas. Actualmente, sus propiedades han sido comprobadas clínicamente y los científicos se interesan, cada vez más, por sus aplicaciones médicas.
Acidez de estómago:
El aloe normaliza el pH, reduce la acidez de estómago y favorece el equilibrio de las bacterias gastrointestinales. Además, la aloemodina actúa sobre la mucosa intestinal, regulando su correcto funcionamiento.
Antienvejecimiento:
Al aloe se le atribuyen propiedades rejuvenecedoras, ya que tiene una gran capacidad de aumentar la producción de células fibroblásticas, que se encuentra en la dermis y son las responsables de la formación de colágeno, además de aportarle proteínas, que mantienen la piel tersa y flexible. Al acelerarse la producción de colágeno se atenúa las arrugas existentes y se reduce la aparición de otras nuevas.
Artritis y reumatismo:
La artritis es una inflamación que afecta a las articulaciones, provocando rigidez y dolor intenso. En algunas ocasiones aumenta el líquido sinovial, que lubrica las articulaciones, lo cual provoca hinchazón e impide la libertad de movimientos. El reumatismo es un trastorno inflamatorio que afecta los tejidos blandos, ligamentos, tendones y músculos que rodean las articulaciones. La capacidad enzimática del aloe vera favorece la completa digestión de los nutrientes, evitando la formación de sustancias no digeridas, responsables de la reacción antígeno-anticuerpo, muy común en la mayor parte de los procesos reumáticos y artríticos. Además, el ácido acetilsalicílico que se encuentra en esta planta contribuye, en gran medida, a reducir el dolor y la inflamación que provocan los procesos reumatoides o artríticos.
Asma:
El asma es un problema respiratorio que suele ir acompañado de bronquitis. Durante una crisis asmática el enfermo siente una gran dificultad para respirar y suele sentirse sofocado, con el pecho oprimido y cargado, y tose a fin de liberarse de esa mucosidad. El aloe tiene un efecto broncodilatador y ayuda a aliviar con rapidez estos síntomas. Pero también es inmunomodulante y antiinflamatorio, por lo que reduce los síntomas del asma alérgico.
Caída del cabello:
El estrés, una mala dieta, los trastornos hormonales o el mal uso de los cosméticos capilares hacen que vayan aumentando de forma importante entre la población los problemas relacionados con la caída del cabello, y cada vez más personas acuden a las consultas de los dermatólogos. El aloe es una solución muy efectiva, ya que tiene una composición similar a la queratina, y la composición de sus complejos de aminoácidos es idéntica a la del folículo del cabello. Además ejerce una acción bactericida y fungicida que elimina la seborrea, mientras que su acción enzimática arrastra las células muertas del cuero cabelludo.
Cicatrización de heridas:
El aloe permite una cicatrización más rápida (hasta un 50%) sin que se formen queloides, ya que reconstruye los tejidos, sin impedir, mientras tanto, que el oxígeno llegue a la herida.
Coagulante:
Su contenido en calcio, potasio y celulosa hace que el aloe produzca una red de fibras en las lesiones, que aseguran las plaquetas de la sangre, ayudando a que coagulen y cicatricen.
Colesterol:
Consumido habitualmente en forma de jugo, esta planta medicinal puede reducir los niveles de colesterol, gracias a que contiene ingredientes que lo mulsionan y facilitan su eliminación del organismo. Según algunos estudios, una dosis diaria de jugo de aloe puede disminuir el nivel de colesterol en la sangre entre 12 y 14 puntos.
Dientes:
El aloe tiene una acción bactericida sobre la placa dental, reduce su proliferación y permite una limpieza profunda de los dientes.
Digestión:
Esta planta es muy rica en las enzimas de la digestión, y rehidrata y regenera el aparato digestivo, neutraliza el pH (como agente alcalinizador) y estimula la flora bacteriana, mejora la absorción de las sustancias nutritivas y la destrucción de los residuos. Elimina asimismo las
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